«La interpretación del oráculo es bien clara. Los lazenitas jamás abandonarán el reino de la luz. Por eso no intervendremos en las guerras terrenales».Tras oír la firme declaración de Lauriel, Nineve intervino con rapidez para persuadirlo.«Pero, Lauriel, por mucho que diga el oráculo, si no ayudamos, Arkesia...».«Cuidado con lo que dices, Nineve. El oráculo, confirmado por la profetisa, es definitivo.»«¡Tien!»En ese instante, Lutera, que había estado prestando atención a la conversación, habló con serenidad.«Basta de perder el tiempo. Nineve, Kadan... Está claro que no tienen intención alguna de ayudar a Arkesia».De repente, el silencio inundó la estancia. Lutera se quedó mirando a Lauriel durante un rato antes de soltar un suspiro.«Has dicho que te llamabas Lauriel, ¿verdad? Vamos a partir hacia el santuario, con Nineve. Como estabas poco dispuesto a mover un dedo para ayudar, confío en que no te entrometas».Lauriel esbozó una leve sonrisa mientras lo miraba y se dispuso a hablar.«Los lazenitas solo son fieles a la voluntad de la luz. Hagas lo que hagas, no interferiremos».Diógenes observaba la situación con el ceño fruncido. Objetos ocultos de la historia: - 1 Un visitante de hace 500 años 1/2 - 2 Un visitante de hace 500 años 2/2 |