A pesar de su gran diferencia de tamaño, la mokoko y el kokomo comenzaron a entenderse y se enamoraron. El kokomo propuso matrimonio a la mujer mokoko.«Ven conmigo al continente».«Vale, me encantaría crecer tanto como tú e ir a donde viven los demás kokomo».La mokoko, con una expresión decidida, se bebió el zumo de anacardos, pero no ocurrió nada. El hombre susurró a la mokoko decepcionada:«No te preocupes, estaremos juntos siempre».El kokomo se bebió su zumo de anacardos y se hizo tan pequeño como la mokoko. Por fin pudieron abrazarse y sentir el calor del otro. El hombre, que ya no era un kokomo, le dio la mano a la mujer mokoko y comenzaron a correr hacia la colina del Bosque Rocoso. Objetos ocultos de la historia: - 1 La forma del amor 1/3 - 2 La forma del amor 2/3 - 3 La forma del amor 3/3 |