El hombre era un pirata. Era brusco, pero eso no lo convertía en alguien malvado. Difícilmente uno podría decir de él que era amable, sí, pero tampoco era malo.Tras varios días navegando, dejó a todos en una cálida tierra cercana a Berna.Muchos expresaron su gratitud, pero eso al hombre le daba igual. Solo quería zarpar de nuevo.«¡Llévame contigo!», le dije.«Soy una fugitiva, no sobreviviré ni un día si entro en la ciudad y no tengo suficiente dinero como para comprar mi seguridad».«Eso da igual, no tengo adónde ir. Además, me gustaría ayudarte».«¿Cómo te llamas?».«Ella».«Te arrepentirás de esto, Ella».El pirata agarró mis manos y mi vida cambió para siempre.Puede que la historia continúe en alguna parte de la playa de la aldea de las Nia. Objetos ocultos de la historia: - 1 Diario arrastrado por la marea 1/2 - 2 Diario arrastrado por la marea 2/2 |