El hombre disfrutó enormemente de la comida que la mujer preparó para él. La engulló y se dio unas palmadas en el estómago. «Eso estaba delicioso. ¿Puedo ayudarte en algo?». «Bueno, ¿podrías llevarle esta sopa a mi marido?». Cogiendo el cuenco que la mujer le tendía, abrió la puerta de la habitación del marido. Ella llamó a su marido mientras limpiaba la mesa del comedor: «Cariño, perdona que te haya hecho esperar. La comida está lista». Objetos ocultos de la historia: - 1 El cazador silino 1/3 - 2 El cazador silino 2/3 - 3 El cazador silino 3/3 |