---------------(Resumido)--------------La manita se estiró y lo tocó. El agarre era frágil, pero firme, negándose a soltarse. Puede que fuera esa rígida ternura la que absorbió a K allí mismo.«No te vayas».S estaba aburrida de la soledad. Siempre estaba sola, presa desde hace mucho, sin compañía. Sus deseos se habían evaporado, dejándola sin querer nada, o eso pensaba. Pero cuando esa mano se aproximó, S ya no quería estar sola. Igual que un pequeño ramo de aliento de bebé aleteando al viento, miró con anhelo a K. K no pronunció ni una palabra. Respondió, con los mismos ojos de acero que siempre mostraba:«Vale».S cerró los ojos mientras elevaba el mentón.Esta noche parecería un poco más larga de lo habitual. Objetos ocultos de la historia: - 1 Un escritor testarudo |