Hay un diario en el valle Prisma. Las palabras están garabateadas descuidadamente.- ¡Madre mía! ¡Ay, dioses! Seguí deambulando porque no podía pensar. Y entonces, Wei se sentó junto al lago.No sabía qué hacer, así que me limité a cantar la canción que me había enseñado mi hermana, ¡y Wei la cantó conmigo!¡Madre mía!¡Es el momento! ¡Debo confesarle a Wei lo que siento por él! Objetos ocultos de la historia: - 1 El anhelo creciente 1/3 - 2 El anhelo creciente 2/3 - 3 El anhelo creciente 3/3 |